Ángela García Espejo
Nos encontramos en una sociedad en la que prima la información y donde se a vuelto esencial para la vida el uso de aparatos eléctricos y electrónicos. Este hecho ha provocado un gran problema ambiental, social y cultural en todo el mundo ya que hay muchos aparatos, componentes y equipos que son desechados por las personas de nuestra sociedad.
E-waste se define como cualquier equipo electrónico que ha llegado al final de su vida útil, y tiene que ver con aparatos dañados, descartados, obsoletos o no usados que estan consumiendo electricidad o que estan causando alguna clase de contaminación. Entre estos, se encuentran aparatos como los ordenadores, equipos electrónicos de consumo, teléfonos móviles y electrodomésticos que ya no se utilizan y que en ocasiones pueden ser reutilizados.
Nos encontramos en una sociedad en la que prima la información y donde se a vuelto esencial para la vida el uso de aparatos eléctricos y electrónicos. Este hecho ha provocado un gran problema ambiental, social y cultural en todo el mundo ya que hay muchos aparatos, componentes y equipos que son desechados por las personas de nuestra sociedad.
E-waste se define como cualquier equipo electrónico que ha llegado al final de su vida útil, y tiene que ver con aparatos dañados, descartados, obsoletos o no usados que estan consumiendo electricidad o que estan causando alguna clase de contaminación. Entre estos, se encuentran aparatos como los ordenadores, equipos electrónicos de consumo, teléfonos móviles y electrodomésticos que ya no se utilizan y que en ocasiones pueden ser reutilizados.
Según informes de la Onu, en el mundo acumulamos al año más de 45 millones de toneladas de desechos electrónicos, los cuales provocan grandísimos perjuicios al medio ambiente a causa de su nivel tóxico.
Los resíduos electrónicos contienen Plomo, Antimonio, Bario, Mercurio, Berilio, Cadmio, Bromo y Litio, los cuales perjudican al mismo tiempo al medio ambiente y a la salud del ser humano.
El rápido incremento mundial en el consumo de aparatos eléctricos y electrónicos ha provocado un aumento en la manufactura de estos productos. Este proceso ha cogido velocidad gracias a diseños que disminuyen la vida útil del artículo, lo cual acelera la fabricación así como la generación de basura electrónica. Las dos etapas implican problemas graves a causa de la inclusión de químicos peligrosos y metales pesados en estos aparatos.
Únicamente en España, las familias producen más de 100.000 toneladas de basura electrónica al año, de los que 70.000 pueden ser reciclados. Si a esta cantidad se le suman los desechos que produce el sector electrónico, el resto de la industria y los establecimientos comerciales, la cifra sube hasta 200.000 toneladas de desperdicios electrónicos al año en España. Si únicamente se reciclaran el 70% de estos desechos, se podrían recuperar más de 90.000 toneladas de metales, 30.000 toneladas de plásticos y 13.000 toneladas de vidrio.
Se prevé que estas cifras aumenten un 18% de aquí al próximo 2010. Sin embargo, por ahora poquísimas comunidades autónomas poseen un sistema integrado de gestión autorizado para esta clase de desechos. En el resto de comunidades solamente se ha establecido una red de centros de recogida, a los que se les da el nombre de puntos limpios. Ya existen más de 780 de estos puntos, que constituyen el primer eslabón de la cadena del reciclaje.
Fuentes utilizadas: Greenpeace, Fundación Pensar Verde y E-waste Canarias.
Se prevé que estas cifras aumenten un 18% de aquí al próximo 2010. Sin embargo, por ahora poquísimas comunidades autónomas poseen un sistema integrado de gestión autorizado para esta clase de desechos. En el resto de comunidades solamente se ha establecido una red de centros de recogida, a los que se les da el nombre de puntos limpios. Ya existen más de 780 de estos puntos, que constituyen el primer eslabón de la cadena del reciclaje.
Fuentes utilizadas: Greenpeace, Fundación Pensar Verde y E-waste Canarias.
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